El pensamiento de Karl Marx, a pesar de su gran influencia social, nunca llegó a formar parte del «main stream» de la economía académica. Fundamentalmente porque, inmediatamente tras la publicación de «El Capital» se produjo un cambio de paradigma. Hasta ese momento se consideraba que la única fuente del valor económico era el trabajo. De ahí la idea marxista de una sociedad brutalmente dividida en dos. Los proletarios explotados que trabajan y, por tanto, producen valor; y los explotadores capitalistas quienes, sin trabajar, se apropian del valor de aquellos.